El CCISC en los festejos de CAME por el Día de la Industria

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En un salón colmado con más de 600 dirigentes empresarios de todo el país que representan a la industria, el comercio y el agro, y entre los que se encontraban presentes representantes del Centro de Comercio, Industria y Servicios de Concordia, se realizó un importante acto, con la presencia del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, del gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, dirigentes de la CGT, las Fuerzas Armadas, embajadores, y senadores y diputados de todos los partidos políticos.

En un discurso breve y contundente en sus apreciaciones, el presidente de CAME, Osvaldo Cornide, transmitió su visión política sobre el rol de las entidades gremiales apartidarias como CAME en la defensa de los intereses del pequeño y mediano productor, la importancia de los consensos para lograr el interés general, y las necesidades de la industria.

Las siguientes fueron sus definiciones más importantes:

Celebramos el Día de la Industria justo el día que el INDEC informa que cae 7,9% la producción industrial. Pero esto no es una casualidad, sino que viene de un contexto económico de carácter general y amplio en el país.

CAME nació como un antídoto a lo que es la concentración empresaria que los grandes grupos hicieron de las entidades gremiales para defender sus intereses. Hay muchas entidades que dicen que son Pymes, pero si uno las analiza se da cuenta que en su conducción están grandes empresas que cuando tienen que tomar decisiones lo hacen para defender sus propios intereses y no a las Pymes asociadas.

CAME tuvo su origen en el comercio, para frenar el avasallamiento de los supermercados y shoppings frente a los comercios de calles y avenidas, que hoy los estamos recuperando con los Centros Comerciales a Cielos Abierto.

Luego creamos la rama industrial, porque los pequeños talleres y fábricas veían que una o dos grandes empresas manejaban las entidades gremiales provinciales y nacionales. Como no encontraban la forma de desprenderse, en CAME le dimos cobertura. ¿Imagínense qué defensa podía tener una Pyme frente a dos grandes fábricas de acero o dos de aluminio?

Lo mismo ocurrió cuando creamos economías regionales. Y el ejemplo más reciente fue la protesta que hicieron los productores de frutas de Río Negro y Neuquén en Plaza de Mayo con el acompañamiento de nuestros dirigentes. Porque naturalmente, no los va a defender un productor de 50.000 hectáreas. Lo defendemos nosotros u otros productores que tienen los mismos problemas. Esta es la estructura de CAME.

El otro día escuché al pasar que un funcionario dijo que el sector Pyme estaba atomizado. Me parece que se equivocó. El sector Pyme está disperso, nosotros tenemos 1.500 cámaras a lo largo y ancho del país, pero que están unidas por una organización de carácter nacional, que tiene objetivos básicos, que tiene una ideología, y no tiene partidismo, de ninguna manera. No estamos atados a ningún partido.

La prueba de su no partidismo es que gozó hace pocos días de la confianza de los legisladores de todos los partidos políticos en el apoyo a una modificación a la Ley de Tarjetas de Crédito y Débito, que explotan a las Pymes.

CAME es una entidad con historia, con una historia que arranca cuando aún no era una entidad gremial empresaria. Sino una entidad organizada para discutir los convenios colectivos de trabajo. En los años 80-81 CAME avaló la acción en contra de la política de Martínez de Hoz y varios de sus dirigentes fueron detenidos.

Y acá hay dirigentes sindicales que pueden ser testigos que esta entidad es la única entidad empresaria que no apoyó la Ley Banelco, y es la única entidad empresaria que apoyo dos huelgas contra las políticas neoliberales.

Estamos orgullosos de haber llegado acá. Esta casa no es un adorno. Es el continente para darle contenido a un gran movimiento de Cámaras y Federaciones que actúan a lo largo y a lo ancho del país para defender a las Pymes. A esas Pymes que le dan el 60 % del trabajo a la Argentina, que le dan una gran parte de la inversión, que pueblan lugares del interior, y que no están en la especulación ni están en la sangría de los intereses del Estado para poder enriquecerse a costa de contratos malignos como ha ocurrido en la Argentina durante muchos años.

Nosotros no creemos en las exhortaciones en materia de política económica. Cuando escuchamos a una alta autoridad o ministro que exhorta a que bajen los precios, o a que sean más competitivos, no creemos. Creemos que donde hay monopolios u oligopolios, hay que aplicar las leyes concretas para evitar los abusos.

Y creemos que cuando existe la voluntad política del interés general, se logra el consenso. Lo creemos y lo demostramos señalando el hermoso ejemplo de la Ley Pyme. Hubo un proyecto y lo votaron todos los partidos políticos.

Tenemos algunas necesidades para decir sobre el sector industrial específicamente. Pero fundamentalmente se debe a mejorar el financiamiento, a la necesidad de protección cuando en el mundo hay excesos de producción de los países desarrollados que quieren colocar a cualquier precio en nuestros mercados, en la necesidad de reducir la carga tributaria de Nación, provincias y municipios, y de incorporar tecnología para que nuestra industria sea cada día mejor.

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